26 de septiembre de 2010

Conferencia de Guillermo Rojas en Tucuman (25/09/10)




PROXIMAMENTE SUBIREMOS LOS VIDEOS DE LA CONFERENCIA DADA POR EL CAMARADA GUILLERMO ROJAS.














23 de septiembre de 2010

24 de Setiembre de 1812 – Batalla de Tucumán

Durante su marcha a Tucumán ha recibido Belgrano una nueva y perentoria orden del Triunvirato para que se retire sobre Córdoba definitivamente, dejando en consecuencia libradas a su propia suerte las provincias del noroeste. Pero el general contesta que está decidido a presentar batalla porque lo estima indispensable. Por eso mismo, se encarga de incitar al pueblo tucumano para obtener su apoyo. Lo consigue, y para ello cuenta con la ayuda de algunas viejas familias patricias. Los poderosos Aráoz, virtuales dueños de la ciudad, vinculados a su ejército por dos de sus familiares Díaz Vélez, cuya madre es Aráoz, y el joven teniente Gregorio Aráoz de La Madrid, volcarán todo su prestigio y ascendiente en la causa patriota.
Antes de su arribo, Belgrano ha ordenado desde Encrucijada a Juan Ramón Balcarce que se adelante a Tucumán para conseguir refuerzos y convocar a las milicias para reclutar un cuerpo de caballería; éste se halla en pleno entrenamiento cuando llega Belgrano con el grueso del ejército. Sin más armas que unas lanzas improvisadas, sin uniformes y con los guardamontes que habrían de hacerse famosos, Balcarce consigue organizar una fuerza de cuatrocientos hombres, punto de partida de la famosa caballería gaucha que hará su aparición por vez primera en una batalla campal, en Tucumán.
El gobierno insiste, en sus oficios a Belgrano, en que éste debe retirarse hasta Córdoba. Belgrano quiso cumplir con el gobierno y ordenó la retirada del ejército al sur. Pero no pudo hacerlo mucho tiempo: no consiguió resistirse a los tucumanos que le pidieron defendiera su ciudad. Así, entre el 13 y el 24 de Septiembre, Belgrano se multiplica para organizar la defensa. Con el ejército de Tristán a la vista, escribe el 24: “Algo es preciso aventurar y ésta es la ocasión de hacerlo; voy a presentar batalla fuera del pueblo y en caso desgraciado me encerraré en la plaza hasta concluir con honor.”.
El día anterior el ejército ha salido de la ciudad a la que regresa por la noche. Pero a la madrugada del 24 inicia los movimientos para ocupar la posici6n de la víspera. El encuentro no tarda en producirse en un paraje llamado “Campo de las Carreras” (conocido también como Campo de la Tablada o La Ciudadela, actual Plaza Belgrano). Los patriotas atacan casi de sorpresa, pero Tristán alcanza a desmontar su artillería y formar su línea de combate.
La carga de caballería gaucha, a los gritos y haciendo sonar sus guardamontes, desconcierta y quiebra la izquierda de los realistas, mientras en el otro flanco – donde está Belgrano – los patriotas son arrollados. La lucha se desarrolla en medio de un tremendo desorden, aumentado por la oscuridad provocada por una inmensa manga de langostas y la caballería de ambos ejércitos combate en entreveros furiosos. Díaz Vélez y Dorrego encuentran abandonado el parque de Tristán con treinta y nueve carretas cargadas de armas y municiones, y junto con los prisioneros que toman y los cañones que pueden arrastrar, corren a encerrarse en la, ciudad. La confusión es tal que, cuando Belgrano intenta un movimiento, se cruza con el coronel Moldes, quien le pregunta:
- ¿Dónde va usted, mi general?
- A buscar la gente de la izquierda, Moldes.
- Pero estamos cortados, mi General.
- Entonces, vayamos en procura de la caballería.
Cuando Paz se encuentra con ellos, se halla Belgrano acompañado por Moldes, sus ayudantes y algunos pocos hombres más. Ni el general ni sus compañeros saben el éxito de la acción e ignoran si la plaza ha sido tomada por el enemigo o sí se conserva en manos de los patriotas. A la noticia de la aparición del general, empiezan a reunirse muchos de los innumerables dispersos de caballería que cubren el campo. A uno de los primeros en aparecer pregunta el general:
- ¿Qué hay? ¿Qué sabe usted de la plaza?
- Nosotros hemos vencido al enemigo que hemos tenido al frente.
Pocos momentos después, se presenta Balcarce con algunos oficiales Y veinte hombres de tropa, gritando ¡Viva la Patria!, y manifestando la más grande alegría por la victoria conseguida. Se aproxima a felicitar al general Belgrano, quien a su vez le pregunta:
- Pero, ¿qué hay? ¿En qué se funda usted para proclamar la victoria?
- Nosotros hemos triunfado del enemigo que teníamos al frente, y juzgo que en todas partes habrá sucedido lo mismo: queda ese campo cubierto de cadáveres y despojos.
Hasta ese momento nada se sabe de la infantería, ni de la plaza. Al atardecer se entera Belgrano de la suerte corrida por el resto del ejército.
Mientras tanto, Tristán consigue reorganizar a los suyos. Se encuentra dueño del campo de batalla que ha sido abandonado por los patriotas, pero ha perdido el parque y la mayor parte de los cañones. Se dirige entonces a la ciudad e intima rendición a Díaz Vélez con la amenaza de incendiarla. Se le responde que, en tal caso, se degollarán los prisioneros, entre los cuales figuran cuatro coroneles. Durante toda la noche permanece Tristán junto a la ciudad, sin atreverse a cumplir su amenaza.
El 25 por la mañana encuentra que Belgrano, con alguna tropa, está a retaguardia. Su situación es comprometida. Belgrano le intima rendición “en nombre de la fraternidad americana”. Sin aceptarla y sin combatir, Tristán se retira lentamente esa misma noche por el camino de Salta, dejando 453 muertos, 687 prisioneros, 13 cañones, 358 fusiles y todo el parque, compuesto de 39 carretas con 70 cajas de municiones y 87 tiendas de campaña. Sus pérdidas de armas dejan al ejército patriota provisto para toda la campaña. Las bajas patrióticas, por otra parte, son escasas: 65 muertos y 187 heridos. Manuel Belgrano, esperando la rendición de Pío Tristán, no lo persigue y sólo encomienda a Díaz Vélez que “pique su retaguardia” con 600 hombres.

Durante la persecución, se entablan varios combates con resultados dispares. Zelaya realiza un ataque poco afortunado contra Jujuy. Diaz Vélez ocupa Salta momentáneamente. De todos modos, al regresar a Tucumán a fines de octubre, trae sesenta nuevos prisioneros y 80 rescatados al enemigo. Sus fuerzas se incorporan a la columna que marcha detrás de la procesión con que se honra a la Virgen de las Mercedes, que Belgrano nombra Generala del Ejército porque precisamente la victoria de Tucumán se ha verificado en el día de su advocación. El general en jefe se separa de su bastón de mando y lo coloca en los brazos de la imagen, en el transcurso de la solemne procesión que se realiza por las calles tucumanas.

Vicente Fidel López llama a Tucumán “la más criolla de cuantas batallas se han dado en territorio argentino”. Faltó prudencia, previsión, disciplina, orden y no se supieron aprovechar las ventajas; pero en cambio hubo coraje, arrogancia, viveza, generosidad… y se ganó.

El 24 de setiembre Belgrano salvó a la Patria en la batalla de Tucumán. La salvó no solamente porque el ejército español fue derrotado, sino –y principalmente– porque al llegar la noticia a Buenos Aires el pueblo se lanzó a la calle clamando contra el Triunvirato. Entonces los granaderos montados de San Martín, los artilleros de Pinto y los arribeños de Ocampo hicieron saber al gobierno que había cesado, y se convocaría una asamblea para votar la figura con que deben aparecer las ProvinciasUnidas en el gran teatro de las naciones. Ese fue el propósito de la revolución del 8 deoctubre de 1812 y de la asamblea convocada para enero del 13.

Fuente
Agenda de Reflexión el Septiembre 24, 2003
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado.
Museo Casa Histórica de la Independencia – S. M. de Tucumán
Portal – Historia del País
Rosa, José María – Historia del revisionismo y otros ensayos.
Turone, Gabriel O. – La Batalla de Tucumán.

FUENTE: www.revisionistas.com.ar

24 de Setiembre de 1840 – Guerra civil en Santiago del Estero


General Juan Felipe Ibarra (1787-1851)

Fracasada en julio de 1840 la expedición del general Lamadrid por lado de Catamarca, Ibarra escribió al Gobernador Piedrabuena sobre los ataques cometidos contra el derecho de gentes. Al final, le decía con altivez al mandatario tucumano, que “la decantada expedición tártara se ha evaporado como el huno”, ante la reciedumbre opuesta por los santiagueños. La calificación dada al unitarismo, se justificaba por los nuevos atropellos cometidos por Lamadrid en las vecindades de Choya.
G eneral Juan Felipe Ibarra (1787-1851)
Se tentó entonces recurrir a la sublevación interna, con los pocos unitarios residentes en Santiago. Aprovechando la concentración de tropas en la ciudad, iba a encabezar la revuelta el comandante Domingo Rodríguez. Era éste un militar a las órdenes de Ibarra, de origen español, complotado con otro connacional, el comerciante José María Libarona. Participaban en la conspiración el juez Pedro I. Unzaga, y los capitanes Santiago Herrera, Mariano Cáceres y Ramón Roldán. Era un movimiento de la burguesía, cuyos dirigentes, los Palacio y Olaechea, ya manifestaron sus discrepancias con el poder vitalicio de Ibarra.

En la madrugada del 24 al 25 de setiembre de 1840, estalló la revolución. Al concurrir a enterarse de la agitación militar, el Jefe del Polvorín de la ciudad, coronel Francisco Antonio Ibarra, fue asesinado sorpresivamente a lanzazos. Su hermano Juan Felipe, anoticiado de ello logró montar su flete y ganar la orilla opuesta del río con algunos fieles soldados. La historia volvía a repetirse, pero la experiencia parecía no haberles enseñado nada a sus enemigos.

Constituida el 25 a la mañana una asamblea popular ante el juez Unzaga, se dio formalidades de elección a la asonada, nombrándose por Gobernador sustituto a Rodríguez. Aquella era una ficción de autoridad, circunscripta a menos del ejido urbano y a unos cuantos hombres de posibles, vinculados a los gobernantes de Tucumán. Se cubrió un empréstito forzoso, repartiendo una paga extraordinaria entre los soldados, a fin de ganarse su confianza. Sin embargo, inteligentes propagandistas de Ibarra soliviantaron a la soldadesca, y tres días después, se produjo el desbande total. El capitán Juan Quiroga logró una deserción en masa del “Ejército Libertador”, y ante la orfandad terrible, el día 28 huyeron sin ofrecer combate, el gobierno y los jefes revolucionarios. Una vez más, se ratificaba la representatividad y el calor popular que rodeaba a Ibarra. Amenazado por un cerco de provincias enemigas y por ejércitos superiores, el pueblo no lo abandonó. El mismo 28 de setiembre volvió a tomar el gobierno sin lucha. Pero esta vez no tuvo misericordia. Le dolían como suyos los lanzazos que mataron a su hermano, y se propuso vengarlo.

La historia actual, se ha ocupado de condenar los padecimientos personales sufridos por los jefes sublevados, sin estudiar la conducta de Ibarra y su responsabilidad de gobernante. Condenamos la crueldad innecesaria, ejercida contra Unzaga, Herrera y Libarona, especialmente. No podríamos justificar tales actos inhumanos, pero sí explicarnos el drama íntimo que afectaba la psiquis de Ibarra, hasta llegar a reacciones tan extremas. Debe recordarse, el afecto entrañable que le unía a su hermano Francisco, a quien los sublevados asesinaron, también implacables. El coronel Ibarra se hallaba cumpliendo su deber en su acantonamiento, cuando los revolucionarios lo mataron a lanzazos. Y el coronel Ibarra, estaba solo entre sus enemigos.

La persecución y el exterminio de los conjurados que hizo Ibarra, era la que se esperaba de él de triunfar los otros. Por otra parte, el mismo 28 de setiembre, el primer acto oficial al reconquistar el poder, establecía: “Declárase traidores de lesa patria a todos los salvajes unitarios que hubiesen suscripto el acta de destitución del cargo de Gobernador en la persona de Don Francisco Ibarra, Coronel de Milicias de la Provincia”. Y este decreto estaba firmado también por el ministro Gondra, uno de los hombres de leyes del país, en ese momento.

No debe extrañar lo hiperbólico del lenguaje, ni de las medidas. Toda conspiración fracasada, entraña los mismos peligros para sus desgraciados protagonistas. Toda victoria de la autoridad, por medio de la fuerza, acostumbra hoy mismo, tomar esas medidas con el vencido. Las revoluciones y los revolucionarios, gozan o sufren, ganan la gloria o el dicterio histórico, según que triunfen o sean aplastadas. Además, no todos los que firmaron el Acta contra Ibarra, sufrieron las penas de los jefes rebeldes, pese a cuanto afirma el Decreto citado. La muerte en el cepo, o el confinamiento al campo del Bracho, fortín de frontera, sólo se aplicó a los cabecillas bien individualizados. El resto de los firmantes,no fue asesinado ni enchalecado pese a cuanto se diga en la truculencia folletinesca.

Más allá de las consideraciones sentimentales, el triunfo de Ibarra sobre sus enemigos lugareños, trasciende al plano político nacional. La caída de Santiago hubiera significado la derrota federal y la pérdida del Norte. La firmeza de Ibarra al oponerse a la Coalición, su afianzamiento en el gobierno haciendo de Santiago un sólido baluarte federal, torcieron el rumbo de la política argentina. Ayudaron a mantener el concepto soberano de la patria y a demostrar su unidad, frente a las presiones imperialistas coaligadas. La lucha por la Libertad de la patria, exige a veces estos holocaustos en las afecciones personales. Y estaba entonces en peligro, la Libertad mayúscula nacional, cuya soberanía e independencia son superiores a cualquier otra situación. En todo tiempo, por encima de los derechos particulares, muy dignos de todo respeto, hay veces en que la patria exige el derecho de la sociedad a su subsistencia. Esa fue la gran cuestión planteada entonces, y que el juicio histórico debe dilucidar dentro de una hermenéutica que contemple el interés nacional permanente, por encima de las individualidades.

Quizás muchos de sus protagonistas, creyeran de buena fe en el mérito de derrocar a Ibarra, cansados de su largo y omnímodo gobierno. Toda cruzada emprendida en nombre de la libertad, entusiasma muchos espíritus y simpatías. Entonces también se actuaba así, convencidos por una hábil propaganda y sin saber que servían inconcientemente, otros fines. Detrás del telón se escondían los intereses de la expansión imperialista europea, y eso, naturalmente no se alcanzaba a ver claro en aquellos días. La suerte argentina fue que el pueblo humilde y provinciano lo intuyera certeramente. Y que caudillos como Ibarra, aún al recurrir a los extremos de la fuerza, se comportaron a riesgo del dicterio póstumo, y expusieran la condenación histórica de su nombre, para lograr la sobrevivencia eterna de la patria.

La ideología y la quimera habían calado hondas sugestiones en los gobernantes pasados al unitarismo. Creían en una acción de resonancias heroicas, sin medir el fracaso de aquellas insostenibles empresas. En Tucumán, asiento central de la Coalición, seguían ilusionados con la destrucción de Ibarra, por medio de las armas o los argumentos propagandísticos. De ahí en adelante, toda la Confederación iba a derrumbarse. Se olvidaban incluso, los efectos de la tentativa del 24 de setiembre. Entonces, con la ebriedad del coraje, los ejércitos de la Coalición iniciaron la invasión santiagueña. Traían innegable superioridad bélica pero, sin el fervor popular que contagia voluntades.

Como en el cruce del Niemen, trasladada aquella majestuosa escena, al ámbito selvático americano, podía ser evocada:

“En el firmamento ardiente y puro
perezosamente se funden las nubes
y toda la naturaleza yace envuelta
como por una niebla, por la tórrida modorra”.

El 29 de octubre de 1840, desde su Campamento General en Marcha, el general Manuel Solá mandaba el ultimátum a Ibarra: “El 2º Cuerpo del Ejército de los Pueblos del Norte, ha ocupado en este día la Provincia de Santiago en diferentes direcciones. Antes que la sangre empiece a derramarse, apresúrese a impedirlo, prestándose a entrar con el que firma, en acomodamientos razonables”.

Ibarra dijo, como Alejandro I, valga el símil, la callada por respuesta. Seguido de sus fieles cual otras veces, abandonó silenciosamente la capital ante el avance enemigo. Sabía por la experiencia, la imposibilidad de mantenerse ocupando territorio hostil y despoblado. La tierra árida y desierta, ofrecía inclemencias físicas y una tétrica soledad. Napoleón, blasfemando en Moscú, se exasperaba al no encontrar un ruso, ante quien exhibiera su genio para firmar cualquier cosa, con nombre de paz.

Comenzó aquí, entonces, la guerra de recursos. Santiago estaba rodeada en sus límites: con Salta, desde el río Salado, con Tucumán, con Catamarca, por todas las direcciones incursionaban partidas unitarias. En el Barrialito, en Jiménez, las tropas de Solá libraron sus primeras escaramuzas, con soldados de Ibarra, que atacaban y desaparecían sorpresivamente. Esta peculiaridad de nuestros ejércitos populares y montoneros, sin igual en ninguna escuela táctica europea, abatía y desorientaba los ejércitos regulares. Ibarra, y todos los Caudillos nativos, la conocía en su doble aspecto ofensivo-defensivo; no tenían secretos para él, ni los campos ni los paisanos. De haber operado en ámbito mayor, quizás se le hubiere parangonado a Kutussoff, ignorándose cuántas veces probó fortuna con esa sola estrategia natural.

Cada bosque ribereño, guardaba el arcano de una partida pronta al desbande y a la reunión. Cada pisada presagiaba una aparición fantasmagórica que impedía continuar. Ni una voz, ni un “pasado” alentaba el camino de los invasores. Ganados y hombres habían desaparecido como por ensalmo, y un fuego calcinante se desprendía del polvo, enrojeciendo la visual. El terrible verano santiagueño y las secas represas, enloquecían de sed al forastero. No se recibió un parlamento en toda la campaña. Como antes las invasiones de Bedoya, del coronel Deheza, sólo el avance indiferente por los montes solitarios. Hasta entrar el 4 de noviembre en Santiago y tomar la ciudad.

Un absoluto despoblado. Nadie recibe al Ejército unitario. Ninguna autoridad espera a los “libertadores”, ni una bandera de capitulación se inclina ante su fuerza material. Al contrario, cada hoja de los bosques vecinos a la banda opuesta del Dulce, es un bombero de vigilante astucia.

El general Solá buscaba en vano, algunos prosélitos con quienes simular constituido su gobierno en Santiago. Esa desesperación se transparenta en su misma Proclama al llegar el 4 de noviembre de 1840: “Habitantes de la Capital: al acercarme a vosotros me he afectado profundamente de vuestra situación. Yo he encontrado una ciudad en la acefalía más completa. No he hallado entre vosotros categoría alguna pública, ni del más ínfimo orden. No hay un Juez de barrio, no hay un átomo, una sombra de autoridad establecida. Todo lo ha hecho desaparecer Ibarra para ejercer él solo, todo los poderes públicos”.

He aquí los fatídicos efectos del terror; la perfección del sometimiento alcanzado por la dictadura, dijeron los cronistas de la historia. Recuérdese para evaluar un juicio, que las fuerzas unitarias venían precedidas del efecto psicológico de los “pronunciamientos” de las provincias coaligadas. Que eran numerosas y prometían al pueblo liberarlo de ese terrible yugo federal. A la sombra de sus armas hubieran aflorado las resistencias contenidas. En cambio, nada se pudo con la fidelidad de Ibarra, de las masas locales. Las palabras del bando de Solá cayeron en el vacío: “Tenéis pues ya mezclado entre vosotros, al Ejército Libertador: en vosotros consiste ahora adquirir cuanto antes vuestra libertad, si cooperáis decididamente, por el valor y las virtudes del 2º Cuerpo del Ejército del Norte”.

Impotentes, los invasores tentaron luego la amenaza y el temor. El día 5 se disponía por un severo bando la leva de los ciudadanos aptos para el ejército, confiscación de reses y alimentos, caballos y armas. Prohibíase “bajo pena de la vida” el contacto, correspondencia o mensajes con los enemigos”. Tampoco ello dio resultado. El general Solá debió lanzarse entonces a la persecución de Ibarra, tratando de darle caza, ya que la inactividad de la ciudad a nada conducía. Marchó hacia el Sur, y libró en Sumamao una escaramuza con la guerrilla del capitán Juan Quiroga que murió en la acción. Pasó Loreto sin encontrar un adherente y al fin debió escribir desde Salavina, el 17 de noviembre a Lamadrid, para explicarle su decisión de abandonar Santiago. Reconocía que la experiencia “obtenida en tantas veces que se ha venido a esta Provincia con fuerzas que no han podido permanecer 15 días”, hacía posible la expedición siempre que hallare “la cooperación de los países para perseguir a Ibarra y hacer un cambio, el que apoyado por los gobiernos limítrofes pudiese afianzarse”. La pasada revolución contra Ibarra, la muerte de su hermano, todo parecía señalarles que encontraría éxito al llegar.

En cambio, debió reconocer desalentando el general Solá, este aserto que reivindica a Ibarra y define la aceptación social de su régimen: “Nunca se ha mostrado más enemigo este salvaje país, de fuerzas que sólo venían a protegerlos –confiesa a Lamadrid-. No pasan de tres hombres que en esta larga distancia a que hemos podido llegar con mil inconvenientes, se hayan atrevido a vernos las caras, hablarnos y darnos algunas noticias del paradero de Ibarra. Todo lo hemos encontrado exhausto y en retirada a los montes, las casas abandonadas, una que otra mujer lográbamos ver de distancia en distancia, sin tener de quien valernos para un solo bombero, ni entre esas pocas mujeres, ofreciéndoles pagarlas bien, ni baqueanos, etc., cuando al revés, cada algarrobo o jumial es un espía y bombero de Ibarra”. Y poniendo fin a su expedición, el ejército unitario se dirige a Córdoba a fines de noviembre, regresando a Tucumán el cuerpo de milicias de esa provincia.

El suelo santiagueño quedaba otra vez en manos de Ibarra casi sin luchar, La derrota de Lavalle en Quebracho Herrado, obligaba a las fuerzas unitarias a volver replegándose al Norte, y así dejaron Córdoba, Solá y Lamadrid. En los primeros días de enero de 1841, una columna de 500 hombres por órdenes e Lavalle, vuelve a internarse en Santiago. Al mando del coronel Acha venía a repetir la persecución de Ibarra. En esta nueva oportunidad debió volverse luego de peregrinar asolado, por la salina de mustio manto solitario, en la región sureña de la provincia. Para peor, el 26 de febrero la división de Acha, tuvo la deserción del batallón de correntinos. Con su comandante Ramírez, el contingente se presentó íntegro en la Capital, al servicio de Ibarra y mandados por éste, se incorporaron al ejército de Oribe que venía persiguiendo los restos unitarios.

La suerte de la Coalición estaba próxima a su fin. Ibarra con sus soldados santiagueños y Gutiérrez con los tucumanos, hostilizaban desde la frontera, esperando al grueso del Ejército Confederado que el 26 de agosto de 1841 hizo su entrada en la ciudad de Santiago con su jefe el general Manuel Oribe. Venían en su oficialidad el general Eugenio Garzón y Mariano Maza, entre otros amigos de Ibarra. El 19 de setiembre de 1841, todos estos jefes con la dirección de Oribe, libraban la batalla final en Tucumán, derrotando al ejército de Lavalle en Famaillá. La muerte de la Coalición era preludio del trágico desenlace que aguardaba al héroe de Río Bamba.

En aquellos días volvió a desarrollar Ibarra sus mejores influjos personales, con la intención de recuperar el predominio político interior, perdido durante el interregno unitario. Le ayudarían en ese patriarcal protectorado norteño, sus protegidos, los gobernadores de Salta y Jujuy. En la primera de estas provincias había hecho elegir a su cuñado Manuel Antonio Saravia, al que ayudó con armas y tropas santiagueñas al invadir desde Metán. Su amigo Iturbe, estaba repuesto en el gobierno jujeño, y Gutiérrez era electo en Tucumán, aunque después rompía relaciones con Ibarra, por seducir al ministro Gondra y llevarlo consigo.

No extrañaría que nuevamente esos gobiernos, se dirigieran al Patriarca federal en busca de consejo e información. Desde 1841, la aureola prestigiosa de Ibarra era como un puente intercomunicante, que hacía de corresponsal entre los ángulos norteños y rioplatenses. Una copiosa correspondencia, cursada con dichos gobernantes, le daba características diplomáticas a su epistolario. En Bolivia se encontraba al servicio de Ibarra el médico Gabriel Cuñado, relator fidedigno de los sucesos altoperuanos y galeno del ejército confederado. A la inversa, el acontecer porteño le era comunicado por el Dr. Eduardo Lahitte. Rosas designó a Lahitte, Agente de Negocios ante Bolivia y como la situación internacional le impidiera hacerse cargo, residía en Córdoba escribiendo desde allí a Ibarra, con regularidad durante dos años. Tales atenciones, eran retribuidas con delicados presentes del Caudillo santiagueño, menesteres en que servíanle sus mensajeros. Lavaysse o algún otro viajero culto que visitaba las provincias.

La adhesión de aquella democracia rural no podía olvidar que las invasiones intestinas significaban una disminución pecuaria, con la amenaza latente, para las manifestaciones económicas locales. Las armas de la civilización, se presentaron acompañadas de la promesa de libertad civil, con su inescindible secuela: la libertad comercial. Suficiente ya era para el interior, el espectáculo de un consumo que favorecía las arcas extranjeras y suplantaba los productores locales. Como llevamos demostrado, la política federal tendió a preservar la capacidad autárquica de nuestra industria. Era una interpretación sinónima de la libertad, aunando la independencia nacional con su soberanía económica. Este rasgo común, cuya necesidad de defensa manifestara Ibarra antaño, inspiró nuevas medidas en este período, consonantes con las que en Buenos Aires intentaban rectificar el librecambismo clásico.

El 23 de abril de 1839, el gobernador Ibarra, haciéndose cargo de la situación, había dictado el decreto, cuyos considerandos eximen todo comentario: “Teniendo en consideración los graves perjuicios que resultan a la industria de la provincia, a causa de la libre introducción de algunos artículos de comercio que por su mérito aparente y moral, son vulgarmente preferidos a los de igual clase elaborados en el país: Ha acordado y decreta: Art. 1º Queda prohibida la introducción de toda clase de tejidos que se elaboren en la Provincia como ser ponchos, frazadas y alfombras. 2º Del mismo modo, obras hechas de ferretería como frenos, estribos, espuelas, cencerros, chapas de toda clase, alcayata, pasadores, argollas”.

Antes de anularse por la competencia desigual, llamada “libre”, nuestra capacidad de abastecimiento, había que recurrir a estos serios y graves extremos que demostraban la profundidad de la situación creada a lo largo de 30 años. Los artículos de importación se vendían a bajos precios, en relación con los autóctonos. Su finalidad exclusivamente competitiva, buscaba la eliminación de la industria nativa, como base para la regulación exclusiva del mercado. Las prohibiciones no podrían cumplirse, entre las vicisitudes internas, el contrabando y las múltiples necesidades del consumo.

Para remediar el asedio de varias direcciones, Ibarra volvió a insistir. En decreto del 10 de julio de 1843, se explicaba: “1º Que la introducción de efectos ultramarinos importados a las Provincias del Norte de la República por la vía de Cobija, perjudica notablemente nuestro comercio interior y exterior, por cuanto se nos extrae en retorno la moneda metálica, único medio circulante de nuestro comercio en dichas provincias. 2º Que nuestros frutos territoriales, no pudiendo extraer para dicho Puerto, pierden la estimación, no habiendo demanda de ellos”. En síntesis resolvía: “Que todos los efectos de ultramar que se introduzcan a la Provincia de Santiago procedentes de los puertos de Valparaíso y Cobija y por cualquier otra vía que no sea la procedencia de nuestros puertos argentinos, pagarán en esta Aduana el treinta por ciento de derechos de alcabala sobre los aforos de las guías”

Se explica esta orientación que Ibarra mantuvo hasta los días finales, en salvaguardia de la economía interior. Porque el drenaje continuo de oro y plata que sufrió el país desde sus primeros años, se hacía a costa de las provincias cuyos artículos no eran exportables, como los ganaderos bonaerenses. En cambio, desde agosto de 1837, por una ley complementaria de la Aduanera que prohibía sacar numerario, los importadores porteños tenían que llevarse sus beneficios en productos naturales del país. Se había detenido así, la continua evasión de metálico por el puerto de Buenos Aires. Como señala José María Rosa, éste cambiaba su antiguo carácter invasor de puerta franca, permitiendo la recuperación nacional.

Pero la importación, dando vuelta tranquilamente, se iba por los puertos del pacífico. Y su entrada competitiva se hacía ahora, con los mismos efectos para el Norte, eludiendo las disposiciones legales con que la Confederación buscó preservar su autonomía industrial. A evitarlo tendía la legislación de Ibarra ya que los puertos de Chile, Perú y Bolivia, como Montevideo en el sud, eran simples asientos del comercio europeo. Al imitar esta orientación, el gobernador Gutiérrez dictó en 1848 una medida que reproduce el decreto de Ibarra. La escasez de metálico afectaba también a Tucumán, y consideraba “que no es conveniente fomentar mercados extranjeros habiéndolos en la República superabundantemente abastecidos para hacer frente a toda clase de especulaciones comerciales.

El problema nunca desapareció del todo. Ibarra insistió, resolviendo el 19 de junio de 1848: “Que los efectos de ultramar que se introduzcan a ésta por las provincias del Norte, se consideren como de procedencia extranjera y como tales, paguen el 30% de derecho”. La aparente prohibición que podía afectar a las mismas provincias argentinas, era debida a la imposibilidad de distinguir en ciertos casos el origen de las mercaderías. Por eso se considerarían comprendidas sólo aquellas “que vinieren sin los documentos correspondientes que acrediten su procedencia de los puertos argentinos”.

Estas someras manifestaciones del federalismo santiagueño, coinciden en el plano político y económico. En su transcurso, integran la más sensata orientación defensiva del ser nacional, encarnada en sus Caudillos populares.

Fuente
Alen Lascano, Luis C. – Juan Felipe Ibarra y el federalismo del norte – Buenos Aires (1968)
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado.
Figueroa, Andrés A. – Asuntos Políticos de Bolivia – Santiago del Estero (1928)
Figueroa, Andrés A. – Los Papeles de Ibarra, Tomo II – Santiago del Estero (1938).
Gargajo, Alfredo – Ibarra y la Coalición del Norte – Santiago del Estero (1940).
Lizondo Borda, Manuel – Tucumán (1810-1862) – Historia de la Nación Argentina.
Merejcovsky, Dimitri – Vida de Napoleón – 3ª edición – Colección Austral – Buenos Aires.
Resoluciones y Decretos de don Felipe Ibarra – Revista del Archivo, Nº 20, Abril-Junio (1929).
Rosa, José María – Defensa y pérdida de nuestra independencia económica – Buenos Aires (1943).
Solá, Manuel (h) – La Liga del Norte contra Rosas, 1839-1840 – Salta (1898).



FUENTE: http://www.revisionistas.com.ar/

21 de septiembre de 2010

Alianza Libertadora Nacionalista

A 55 años del cañoneo a la sede de la Alianza Libertadora Nacionalista
por parte de gorilas traidores a la Patria,
en este episodio,la Gloriosa Alianza mostro su entrega a una Causa Patriotica
le costo la vida a muchos camaradas.....que Dios lo tenga en la gloria





Un pequeño homenaje:

UNA ENTREVISTA A JUAN QUERALTO, JEFE DE LA ALIANZA LIBERTADORA NACIONALISTA, DE HACE 24 AÑOS


Revolviendo los archivos dimos, una tarde de hace poco, con una entrevista que la publicación "Todo es Historia" le efectuó a Juan Enrique Ramón Queraltó, el jefe y fundador de la Alianza Libertadora Nacionalista (ALN), organización completamente olvidada pese a lo que significó mientras tuvo vigencia en el país. La entrevista salió en el N° 216, del mes de abril de 1985, por lo tanto está cumpliendo, por estos días, 24 años. Es un interesantísimo testimonio que, en coincidencia con el mes en que fue publicado, queríamos compartirlo con nuestros lectores y ocasionales visitantes del "blog".

Este hallazgo, dice así:

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JUAN QUERALTO

Por Gerardo Bra

Actualmente está en los setenta y cuatro otoños. En la década del 40 era un joven fogoso. Por aquellos años el coronel Juan Domingo Perón (oficial de infantería, viudo, 42 años, ex Agregado Militar en Italia) se asomaba al panorama político a través del inadvertido Departamento de Trabajo -luego Secretaría de Trabajo y Previsión Social-. Queraltó agrupó a una gran mayoría de nacionalistas y dirigió una presencia tumultuosa, a la vez que aguerrida, acusada de estar teñida de nazismo, que se proyectó en aulas y calles en una lucha abierta, a veces cruenta, y en ocasiones esencialmente doctrinaria. Esa organización se llamó Alianza Libertadora Nacionalista, y adhirió al peronismo desde su primera hora.

Su testimonio es historia viva. Este hombre de modales apacibles, de bonhomía típicamente burguesa, está muy lejos de aquel conductor de juventudes. Pero persisten en él las ideas que vertebraron su existencia. Los que no comulgan con ellas reconocerán al menos que luchó a cara descubierta y que arriesgó la vida por sus creencias, sin incurrir en los extremos del terrorismo resentido y encubierto que conocimos en las últimas décadas. Y aún muchos se preguntarán si la Alianza Libertadora Nacionalista que lideró fue una fuerza de choque, el nacionalismo en acción, una genuina forma de enfrentar los avances del comunismo o, simplemente, un instrumento del GOU... Este es su testimonio:


-¿Cómo se inició en la vida política?

-En la década del 30 yo era estudiante y militaba en la Legión Cívica. Resolví entonces formar un grupo de jóvenes universitarios para contrarrestar la prédica izquierdista de la Federación Universitaria Argentina (F.U.A.). Así nació la Unión Nacionalista de Estudiantes Secundarios (U.N.E.S.). De cinco que éramos, llegamos a los 20 mil en menos de dos años.

-¿Cuáles eran los postulados?

-Abogábamos por la presencia de un Jefe, el general Juan Bautista Molina; teníamos una consigna: Liberación Nacional, una voluntad: luchar y vencer, y una mística profundament patriótica. Lo que originalmente fue una organización estudiantil se expandió a otros niveles. Nació así la Alianza de la Juventud Nacionalista. Al principio nos faltó apoyo y los diarios nos ignoraban. Nos impusimos por la grandiosidad de nuestros actos.

-¿Una fecha decisiva?

-1ro. de Mayo de 1943. Hasta ese entonces el Día del Trabajo era una fecha en que se prodigaban los izquierdistas. Nosotros decidimos hacerla netamente argentina, llevando en alto el Emblema Nacional frente al trapo rojo de comunistas y socialistas. Salimos desde Santa Fe y Pueyrredón. Éramos cerca de 2 mil personas; cuando llegamos a la Plaza San Martín la columna tenía 20 mil. Ese acto demostró que existía una conciencia nacional.

-¿Cómo se produjo el acercamiento al Peronismo?

-Mi primer encuentro con Perón tuvo lugar en el antiguo edificio del Ministerio de Guerra (Viamonte y Callao). Un día anunció que iba a formar el GOU civil. La reunión constitutiva se efectuó en el estudio del doctor Rayces y Bonifacio del Carril. El Padre Wilkilson nos leyó los principios del GOU; luego nos tomó juramento y nos dio a besar un crucifijo. Al poco tiempo, Perón convoca una reunión, a la que asisten, entre otros, el coronel Ramírez, el teniente coronel Lagos, el mayor Ferrazzano, Mario Amadeo, Juan Pablo Oliver, Bonifacio Lastra y yo. Nos dice: "Les voy a hacer un anuncio: me haré cargo del Departamento de Trabajo y desde ese organismo voy a hacer la revolución que necesita el país". Los comentarios que hubo después fueron casi peyorativos. Lastra expresó: "Perón dice que va a hacer la revolución con el Departamento de Trabajo... ¡Si yo soy abogado y no voy nunca porque allí no pisa nadie!". Pero el tiempo le daría la razón a Perón...

-¿La Alianza apoyó desde un principio la carrera política de Perón?

-Efectivamente. Se entroncó con el incipiente Movimiento Peronista, aunque actuaba como fuerza independiente. Tuvimos un gran encontronazo con el gobierno del general Pedro Pablo Ramírez cuando se rompieron relaciones diplomáticas con Alemania. Esa tarde me encontraba en el despacho del Ministro de Educación, doctor Martínez Zuviría, y escuchamos a un diariero vocear la ruptura. Martínez Zuviría aclaró: "¡Cómo...! Ruptura de relaciones. Yo soy ministro y no sé nada...!". Luego nos enteramos que la ruptura se produjo por una exigencia del Departamento de Estado. Entonces dijimos que este país era una colonia. Ante ello, la Alianza decidió mandar una carta a Ramírez protestando, y pasamos a la clandestinidad.

-¿Fue a raíz de ello que usted cayó preso?

-Exactamente. Luego de torturarme me llevan a Río Gallegos. Me preguntaban dónde estaban las armas que me había dado Perón. La picana me dejó medio enloquecido. Cerca de cinco meses permanecí en Río Gallegos, compartiendo mi aislamiento con un dirigente comunista: Victorio Codovilla. Pero después de la caída de Ramírez cambian las cosas. Asume Farrell y Perón es nombrado vicepresidente y Ministro de Guerra, reteniendo el cargo de Secretario de Trabajo y Previsión. Al poco tiempo alquilamos el local de San Martín y Corrientes, e iniciamos una serie de manifestaciones de apoyo al gobierno.

-Fue, entonces, que comenzó un período de bonanza para su movimiento...

-Hasta que se declara la guerra al Eje, declaración que lleva la firma de Perón. Eso ocurrió pocos días antes de finalizar la contienda. A nosotros nos pareció una barbaridad. Nos opusimos, lo que nos costó ir nuevamente a la cárcel. Luego viene el asunto de Braden, quien se entromete cada vez más en los problemas del país, apoyado por radicales, conservadores, socialistas y comunistas. Entonces se forma la Unión Democrática. Radicales, socialistas, comunistas, conservadores, se dan la mano y organizan la Marcha de la Libertad. Desfilan por Callao y rinden pleitesía a Braden, quien hace acto de presencia a través de un balcón de una casa de departamentos de Callao. Eso nos enardece. Es una muestra del anti-país, del cipayismo...

-Peguemos un salto al 17 de octubre, ¿usted dónde se encontraba ese día?

-En Villa Devoto compartiendo la prisión con toda la plana mayor de la Alianza por asociación ilícita, según la justicia de entonces. Fuimos puestos en libertad y pasamos al frente de las columnas reivindicadoras. De ahí en más comienza la campaña de Perón para la presidencia. La Alianza lo apoya. Hubo entonces luchas callejeras contra los zurdos. Nos causa risa de que ahora Iscaro dice que apoya al Peronismo. Recordamos, entre otros, un ataque al local de la Alianza de San Martín y Corrientes. Arrimaban automóviles con baldes de nafta para incendiar nuestra sede. Los comunistas siempre fueron incendiarios.

-Después que asume Perón la presidencia, ¿qué ocurre con la Alianza?

-Todo va bien hasta que viene lo de Chapultepec. Para nosotros era una traición, o sea la integración latinoamericana bajo el liderazgo de Estados Unidos. Y lo malo que Perón lo propiciaba. Entonces hicimos ruido por todos lados; inclusive el simulacro de arrojar una bomba desde un avión al Congreso, para que los legisladores no aprobaran el Tratado. Eso nos acarrea que nos manden a la cárcel. Pero al poco tiempo Perón me llama y me felicita, y da la orden de que se ponga en libertad a todos los aliancistas presos. Sigue luego un período de relativa tranquilidad. Los aliancistas nos limitamos al adoctrinamiento, dando conferencias. Pero después del fallecimiento de Evita se nota cierta desestabilización. Borlenghi demuestra ser mi más enconado enemigo, y no es de extrañar, puesto que con Iscaro había tenido militancia comunista en la C.G.T. durante la época del presidente Castillo. Ahí comienza otra clase de lucha...

-¿Emerge Kelly?

-Así es. Un día la policía entra al local de San Martín y Corrientes, y mete de prepotencia a Patricio Guillermo Kelly, a quien la Alianza había expulsado en 1946. Así se apodera de nuestra organización por medio de un acto de fuerza apoyado por la policía mandada por Borlenghi. A mí me llevan preso a Orden Político...

-¿Cuál fue la reacción de Perón ante el atropello?

-A los quince días de encierro consigo enviar una comunicación a Perón. Me manda llamar y me dice: "Lo sé todo. Desensille hasta que aclare. Lo voy a mandar al extranjero". Me designaron en la Embajada Argentina en el Paraguay. Yo no quería ir, pero en el interín Borlenghi me manda matar. Soy atacado en La Perla del Once. Me abren la cabeza a golpes de culata de revólver y me dejan por muerto. Voy a parar al hospital Ramos Mejía, donde permanecí cinco días en coma. El Juez Black que entiende la causa cita a Kelly varias veces pero éste no comparece. En ese entonces es tiroteada mi casa, que estaba ubicada en Floresta y donde vivía mi padre. Resuelvo ir a Paraguay. Allí despliego una acción destinada a la distribución en escuelas de elementos enviados por la Fundación Eva Perón. Trato, también, de unir a argentinos y paraguayos, para coadyuvar a una conciencia latinoamericanista.

-¿Qué pasó con usted cuando sucede la Revolución Libertadora?

-Me echan de la Embajada. Hasta hubo un intento de llevarme a Buenos Aires por la fuerza. Me niego a volver. Entonces me quieren secuestrar, lo cual fue frustrado por personal militar del Batallón Escolta del Presidente Stroessner. Al siguiente día me presento al general Stroessner, quien me dice: "Vea Queraltó. Si usted ha cometido delito alguno están las leyes de extradición, pero que se lo vengan a llevar por la fuerza no lo vamos a permitir". Me quedo, pues, en Paraguay, donde con el tiempo vuelvo a sufrir otro intento de secuestro.

-¿En qué año regresa al país?

-En 1969, cuando gobernaba el general Onganía. Pero recién en 1973 reorganizo la Alianza, durante el gobierno de Cámpora. En esa época redacto un manifiesto que es publicado en casi todos los diarios del país, por expresa orden de Perón. La reorganización de la Alianza -que ocupó un edificio ubicado en Cangallo 1251- se dio durante los gobiernos de Cámpora, Perón e Isabel Perón, hasta que ocurre el golpe de 1976 y debo regresar al Paraguay. Vuelvo al país en 1982...

-¿Se considera retirado de la vida política?

-No del todo. Me siento alentado por un grupo de jóvenes universitarios, para intentar que surja un nuevo líder que ponga coto a la sinarquía zurda que nos invade actualmente. Tiene que haber alguno que diga ¡Basta!, como lo hicimos nosotros, cuarenta años atrás...

-Finalmente, ¿cuáles eran las ideas doctrinarias que sustentaban a la Alianza, habida cuenta de las acusaciones de ser un movimiento de corte nazi-fascista?

-Nosotros estábamos impulsados por una mística profundamente patriótica, porque la tierra nos tiraba y la grandeza del país era nuestra meta, pero de una manera religiosa si se quiere. Estábamos con el país, antes que con cualquier ideología. Si abominamos de la ruptura de relaciones con Alemania fue, precisamente, porque esa Nación luchaba contra las potencias imperialistas que nos habían sojuzgado. Éramos -y lo seguiremos siendo- decididos anticomunistas, porque el marxismo ateo e internacionalista es nuestro mayor enemigo. También estábamos contra toda colectividad que perjudique los intereses nacionales. Ojalá que la Colectividad Judía algún día diera el salto a la historia argentina, que todavía no ha dado. Todas las colectividades lo han hecho, pero la Judía es una colectividad que no aportó para el bien del país; por el contrario se lo han llevado. Quisiera que cambiara de mentalidad, que se consustanciara con el país y se integrara a él. Nosotros no la combatíamos; la criticábamos. Criticábamos, por ejemplo, que en los casamientos de judíos nacidos en la Argentina el Acta obliga a los contrayentes a un juramento de fidelidad a Israel. De ahí nuestro mentado antisemitismo, que no era tal, sino una crítica en defensa del país, pero sin connotaciones racistas.


JUAN QUERALTO. Su nombre está asociado a reuniones multitudinarias, largas columnas marchando por el centro de la ciudad, luchas estudiantiles y proclamas inquietantes. Una presencia ruidosa que participó, activa y apasionadamente, en la confrontación política de una época que ya es parte de la historia.

INFACULTAD

LOS ESTUDIANTES RECLAMAN POR LA SITUACIÓN EDILICIA Y EL EQUIPAMIENTO DETERIORADOS O EXIGEN NUEVOS EDIFICIOS UNIVERSITARIOS.
NOS PREGUNTAMOS SI LOS QUERRÁN PARA ESTO QUE VEMOS EN LAS FOTOS EN LA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DE LA UBA
MUGRE Y DESTRUCCIÓN DEL MOBILIARIO. TAPONAMIENTO DE ESCALERAS CON SILLAS Y BANCOS. CAOS IGUAL O PEOR QUE EN EL RESTO DEL PAÍS

EL BURGUES

Guillermo Rojas

La verdad sea dicha, el economicismo no nos va, lo consideramos una visión pedestre y reduccionista (otra cosa es la economía, no se asusten ni nos miren mal los economistas),
Eso de ceñir todo el comportamiento humano a la cantidad que el humano que se comporta tenga en el bolsillo, y si se comporta mal es por hambre y carencia, como si no hubiera hartos que se comportan como en un chiquero, no es buen método para extraer conclusiones certeras.
Los razonamientos que se sientan en una silla de una sola pata y esa pata es el materialismo, están tremendamente alejado de lo nuestro, por eso cuando en muchísimas oportunidades nos hemos referido a algunos tildándolos como burgueses no lo hemos basado en el materialismo marxista que definía al burgués como el dueño de los medios de producción, personaje al que el proletario vendía su trabajo estableciendo la relación explotador -explotado. Digamos que para esta época y para lo que vamos a tratar no sirve mucho ese concepto.
Es mas hoy no sirve ni para el fin con que lo enunciara Marx: la caracterización de la relación capitalista. Tan compleja se ha vuelto la sociedad humana y tan simplistas son hoy cosas que antes arrasaban y sentaban basa en ciertos sectores, de ser irrefutables verdades.
Hoy el denominado proletariado (el que vio Marx) ha desaparecido, se ha transformado en una maquina,cuando no se ha convertido en una clase complementaria del capitalismo global, el que se comporta de la misma manera que antes pero con otra “imagen” otros medios otros métodos y otro alcance territorial.
La imagen del proletario como alguien que trabajaba por monedas para el enriquecimiento del patrón se nos antoja un arcaísmo, a pesar que la explotación aun existe y hemos visto aquí en Argentina a escasos kilómetros del centro de Buenos Aires, como los explotados defienden su yugo a veces con piedras en las manos, por que les permite obtener el mendrugo que los mantiene vivos. Curioso mundo el actual.
Volviendo al tema, más se acerca nuestra definición de burgués a lo que Kart Schmidt definiera en El Concepto de lo Político o sea

“…el hombre que no desea abandonar la esfera de lo privado, como apolítica y libre de riesgos, que en la posesión y en la justicia de la posesión privada se comporta como individuo frente al todo, que halla la sustitución y compensación de su nulidad política en los frutos de la paz y de la adquisición de bienes y sobre todo «en la perfecta seguridad del disfrute de los mismos», y que, como consecuencia de lo anterior, quiere quedar eximido de la necesidad de ser valeroso y de los peligros de una muerte violenta”.

Ya lo decía una cancionseja zurdoide de los 70 los burgueses son el fundamento de la paz. La paz con minúscula lógicamente
Esta definición viene como anillo al dedo a una importante porción de la sociedad argentina, que suele quejarse mucho, pero que no quiere arriesgar absolutamente nada a la hora de luchar por la Patria.
Es mas, el concepto de Patria se le antoja algo muy milico, muy fascista y prefiere hablar de país…generalmente de país de mierda cuando se da a la crítica desenfrenada.
Justamente el apoliticismo y la liberación del riesgo es donde convergen muchas veces para manifestarse sobre temas que justamente son de altísimo voltaje político, y cuya solución no se avizora en base al pacifismo del que son amantes para eludir el peligro que las pociones firmes conllevan. Banalizándolos, tratándolos superficialmente y aplicando para ese trato el conjunto de lugares comunes de la corrección política, con los cuales no llegan a ninguna solución, justamente por que ese discurso políticamente correcto es parte del problema que los acosa, sin que se den cuenta.
Ese discurso es el de la democracia como medida de todas las cosas, la ideología de los derechos humanos como algo intangible y la legalidad del sistema como algo intocable
Será entonces común en esta gente decir “no politicemos el tema” cuando se trata de la denominada “inseguridad” y los hemos escuchado decir lo mismo con referencia al aborto o lo del “matrimonio homosexual”.Tildan de exageradas las posiciones con referencia a la defensa de la soberanía.. Lo primero lo ven como una cuestión técnico jurídica, propia de la policía o la justicia penal o dependiente de mejorar leyes, y a lo segundo lo tratan desde una perspectiva mera y burdamente relativista o solo hacen un abordaje moral o religioso desconociendo en ambos casos o no queriendo ver de donde provienen esos fenómenos y del contexto político en que crecen y se establecen en nuestra Nación. Lo tercero se les antoja lejano por que no pueden tomarse el colectivo y llegar a Puerto Argentino en media hora
Menos aun pueden avizorar lo que representan sus consecuencias a cincuenta años vista (por ejemplo) pues son cultores del cortoplacismo político. Explicárselo parece inútil. Es politizar o adherir a hipótesis conspirativas. Dentro de cincuenta años estaremos muertos afirman…que otros se preocupen
La versión políticamente correcta de estos y otros temas los lleva a un análisis del contexto, propio de la puerilidad. Aquello del país jardín de infantes se vuelve realidad y tiene una importante entidad en el imaginario del burgués medio empezando con la frase seudo religiosa de “creo en la democracia”, como si la democracia no le diera indicios diariamente como para apostatar ya mismo de la mencionada creencia
El burgués se mueve siempre en el miedo, miedo a perder sus posesiones o a no poderla disfrutar. Su discurso siempre tiene un ethos donde el comprar, vender, exportar, ahorrar es lo común y la filosofía del buen contribuyente es su elam vital. Soy por que pago y por que pago “tengo derechos”. Como si no hubiera problemas más importantes y de diversos orígenes y originados en diferentes motivos, el burgués suele reducir todo al común denominador de lo económico. En eso se parece al progresista que pintaremos en la próxima nota
Antes que argentino, antes que defensor de una estirpe o una Patria, antes que heredero de una cultura el burgués es un número de CUIT. No le pidamos que se arriesgue, ni le reclamemos un comportamiento lejanamente emparentado con la heroicidad o la santidad, lo considerará cosas de dementes. Ya sabemos, que de pura casualidad le pone el pecho a la camiseta.
Foto: Disfrutar, descansar, poseer: el elam vital del Burgues

ARGENTINA: COLONIA Y AGUANTADERO

PETROLEO MALVINENSE

La petrolera británica Rockhopper Exploration hizo saber en Londres que el yacimiento Sea Lion, que explora al norte de la Islas Malvinas, tiene viabilidad comercial, según informaron medios británicos.
Según indicó la compañía, el pozo fue probado en el orden de "un flujo sostenido de más de los 2.000 barriles por día" y añadió que "los resultados están en línea con las previsiones".
La petrolera agregó que ahora planea tapar el pozo y dejarlo, tal como estaba previsto, pero anticipó que el uso de equipos adicionales podría aumentar el flujo a valores mucho más altos .
Las acciones de Rockhopper pegaron un salto superior a 20% en la bolsa londinense, luego del informe de la compañía.
El gobierno argentino ha tratado de impedir la exploración desde mucho antes de que llegara a la zona la plataforma Ocean Guardian, en febrero y denunció la situación en las Naciones Unidas, adónde la presidenta Cristina Fernández viajará la semana próxima.
También ha impuesto a los buques que naveguen por la zona un permiso , que debe tramitarse en la Argentina continental.
Fuente: Infobae


ASESINO CASTRISTA

En 1991, una de las tantas bandas con las que el castrismo delinquia en el continente, asesinó en Chile al Senador Guzman Errazuris. El autor material de esa muerte así como del secuestro de el hijo de un empresario resulto ser el ciudadano chileno Galvarino Apablaza ex miembro del Partido Comunista, que como toda la delincuencia terrorista de ese signo había recibido conveniente entrenamiento en la isla cárcel.
Descubierto por la policía este personaje escapó y recalo en nuestro país para pedir asilo político en el aguantadero de los Kirchner y con la complicidad de la justicia complaciente cobarde de nuestro país.
El matrimonio no dijo esta boca es mía y al amparo de los calzones de la gorda Bonafini este asesino continuó viviendo tranquilamente aquí, y sus familiares inclusive obtuvieron puestos gubernamentales.
Consiguió una sentencia en primera instancia de la corrupta justicia federal que rechazaba la extradición que pidiera el gobierno de Bachelet . Muy tranquilo el criminal castrista continuó como si tal cosa a la sombra de las Madres, Shoklender y los demás organismos delincuenciales del castrismo residual que imperan absolutamente en estas costas, disfrazados de defensores de los derechos individuales.
Pero la cosa no podía durar por mucho tiempo. El personaje tenia todas las de perder por las pruebas irrefutables que habían de su culpabilidad y fue el mismísimo fiscal Righi, ex Ministro del Interior de los Montoneros durante el efímero camporato, quien rechazó los argumentos de la sentencia de primera instancia apelando a la Corte Suprema quien dio al gobierno, que silbaba haciéndose el desentendido, la opción de hierro: o lo extraditaba como correspondía o lo declaraba asilado político. Cosa que aún no se ha decidido.
Si lo declara asilado político la crisis con el gobierno chileno puede ser superlativa, Si lo extradita, se enajena la confianza de las bandas del castrismo residual capitaneadas por las lacras bastamente conocidas por nosotros a las que el kirchnerismo ha estado sobornando por años, además de poner en peligro su política de mantener impunes a los terroristas vernáculos.
El precio de patear para adelante cosas que se resuelven de un plumazo. Hoy Cristina viaja a pedirle la escupidera y comprensión al presidente de Chile. En el 2005 el mismo Nestor, utilizando los eufemismos que usan estos grupos de izquierda afirmo que el criminal Apablaza era un "militante popular".

DEUDA

Si hay algo en lo que existe unanimidad de toda la clase política argentina es en pagar la deuda externa hasta el ultimo centavo, como lo quiere el Poder Mundial a la que ésta responde por distintas vertientes y de diversa forma.
Lo único que ha despertado enconados debates, lo único que esta en discusión de manera acalorada a veces, es la forma en que debemos pagar. Lo que seria lo mismo que el acuerdo en pagar una libra de carne y la discusión sobre que parte del cuerpo utilizar para extraerla.
Poco importa que la justicia haya decidido mediante un dictamen de un juez de la Nación que dicha deuda es ilegal. Poco importa que exista otro dictamen en tramite que de seguro decidirá lo mismo. La cuestión es pagar cuanto antes. Pagan o se van es la opción de hierro en este caso.
Para los patriotas del kirchnerato hay que pagar con reservas. A eso lo llaman política de desendeudamiento.
Para la derecha del sistema o sea la oposición, se debe pagar pidiendo prestado y generando nueva deuda.
Lo segundo es lo mismo de siempre.
Lo primero que parece novedoso, como quieren pintarlo los genios K, ya tiene su antecedente en el pago al contado y sin quita alguna de la deuda que manteníamos con el FMI, que aplaudiera el zurdaje y la derecha. Novedoso si no fuera que el Ministro Boudou anduviera sondeando el mercado de capitales para continuar pidiendo prestado, como ya se ha admitido públicamente. Pagan para endeudarse otra vez. Lo mismo pero dicho de manera diferente. Como el asesino Apablaza es un "militante popular" pagar para despues volver a pedir es "desendeudarse".

UNA PATRIADA POR MALVINAS

LA RECUPERACION DEL YAHUIN

por Toni Lopez
Tenemos en todos los medios gráficos, de televisión y radio, la imagen del Yehuin con su nombre pintado en aerosol y su bandera celeste y blanca.
La noticia fue publicada en Inglaterra, España y Chile entre otros lugares.Y en el foro de Malvinas, hasta el gobernador se vió obligado a opinar.
Algunos de ellos se anotan en acusarnos de terroristas, tal vez previendo lo que viene. Otro le contesta: no viste la película? Esos no son terroristas. Son cuatro patriotas que saltan al barco. Un viejo gordo, un pibe...
Y 649 fantasmas.
Como dice doña Delicia: 649 jóvenes valientes y serenos que nos esperan en la orfandad de Darwin.
Esos que en el turno más largo de la guardias, quedaron si relevo.

Pero todo quedará en cartón pintado si no obligamos a la justicia a actuar.Ni el poder ejecutivo ni el legislativo, tuvieron el coraje de firmar la repatriación del Yehuin. Desde 2001 está terminado el trámite en Cultura de la Nación.
En 2003 y 2006 se aprobó en sesión de Diputados.
Y el Yehuin sigue en manos extrañas, con otro nombre y otra bandera.
Pensamos en el coraje del juez Ballesteros que declaró ILEGAL y FRAUDULENTA la Deuda Externa.,
Y creemos que ese mismo coraje es necesario para que el Yehuin recupere su identidad.
Porque si recuperamos el YEHUIN, será la primera vez, desde el 14 de Junio de 1982, que algo, un pequeño símbolo, un burrito de cargo de carga de alta mar, un héroe de guerra, un barco hospital, la capilla ardiente de muchos de nuestros héroes, vuelva a casa.
Que sea el Yehuin el signo de la recuperación de nuestro patrimonio, vilmente entregado a Inglaterra, a espaldas del pueblo y el Congreso, en los Tratados de Madrid.
Ya hace una semana que hicimos la denuncia criminal.
Pero en febrero denunciamos también el caso Thor Leader, y hasta ahora no se sabe quién autorizó, a medianoche, la salida de las 3.500 toneladas de caños de petróleo en un buque con bandera pirata.
Y no vamos a esperar tanto más por el Yehuin.
Mañana, a las 10, en Comodoro Py. Entregaremos al Juzgado o al Fiscal, la película de la toma del barco.
En paz. Como fue la toma del barco.
Sin provocaciones. Como cuando fuimos a la Embajada el 27 de febrero y el 2 de Abril.
Con la bandera argentina.

O nos meten presos, o liberan al Yehuin.
O quedamos todos a la espera de justicia...

Malvinas Volveremos.
Viva la patria!

16 de septiembre de 2010

PATRIADA MALVINERA

FELICITACIONES A LOS CAMARADAS Y COMPATRIOTAS INTERVINIENTES EN ESTA NOBLE ACCION.¡ARRIBA ARGENTINA!



FUENTE : NACIONALISMO ARGENTINO

14 de septiembre de 2010

Acto por un nuevo aniversario de la creación de la Infantería

El día 13 de septiembre se realizó en las instalaciones de la casa de los Veteranos de Guerra del Ejército Regimiento 19 de Infantería, encabezado por el Comandante Suárez Vázquez, el acto en conmemoración de la creación del cuerpo de Infantería del Ejército Nacional. El mismo contó con la presencia de autoridades del Ejército, Policía y Bomberos, además de los veteranos de los distintos conflictos bélicos en los que nuestro país tuvo participación. También asistieron distintas agrupaciones gauchas y tradicionalistas, junto con una agrupación de motoqueros, y La Barbarie.
Algunas fotos:










"SIONISMO CATÓLICO" Y PEDOFILIA

Dr. Uzi Rabi
El Seminario Rabínico Latinoamericano “Marshall T. Meyer” y la Universidad Austral se complacen en invitar a Ud (s) a la Conferencia que dictará elsobre el tema:
The Changing Middle East — Iran’ Israel and the Arab World
La conferencia será en ingles con traducción consecutiva al castellano.
1 de Septiembre 19:00 hs.
Aula Magna
Entrada libre y gratuita.
José Hernández 1750, Capital.
Rogamos confirmar asistencia al: 4783-2009/6175 (int. 109)

Notas catapúlticas
1) El rabino Marshall Meyer, ex integrante de la CONADEP, practicaba la pederastia con los jóvenes bajo su guarda en la comunidad Bet-El, según acusación de Nissim Elnecavé, director de la revista La Luz, confirmada por la sentencia del juez Eduardo Malbrán, quien en el fallo escribió que Meyer con su obrar ha mancillado los honores de su cargo religioso, ha defraudado a la legión de sus admiradores, ha proferido una ofensa a todos quienes por motivo de sus tareas tienen a su cargo la enseñanza, el acercamiento sano y la comunicación con las generaciones adolescentes.
(Ver Declaración del Instituto de Filosofía Práctica acerca de la libertad sexual, la pedofilia y la hipocresía en http://www.catapulta.com.ar/?p=3676)
2) En el sitio de la Universidad Austral se lee que
La Universidad busca contribuir a la plenitud personal de los estudiantes a través de la enseñanza de conocimientos científicos y humanísticos, y mediante una adecuada transmisión de valores morales y culturales, a la luz de la fe católica.
Pido entonces a mis parientes y amigos del Opus Dei que le pregunten al Rector Marcelo J.Villar si conocía las andanzas del rabino Meyer, que no son precisamente aptas para “una adecuada transmisión de valores morales y culturales a la luz de la fe católica”.
www.Catapulta.com.ar


NOTA NUESTRA: Hasta aquí todo bien, desgraciadamente lo que la nota no dice es que mediante estas cosas lo que se hace es la cornetilla propagandistica al sionismo que ha demostrado en mas de una ocasión sus pretensiones hegemonistas, incluso dentro del Estado del cual reciben permanente apoyo como lo es EEUU (ver nota posteada anteriormente), y su criminal agresividad tanto dentro de los territorios que usurpa ( el autodenominado Estado de Israel) como fuera de los mismos si le resulta necesario, además de detestar todo lo que sea católico. Después nos vienen a decir a nosotros que la Iglesia institucionalmente no rinde pleitesía a esta gente y que el sionismo católico no existe...

BREVE REPORTAJE A LA PELOTUDEZ

A decir verdad la izquierda nunca deja de sorprendernos. Ahora un grupo de terroristas castristas mas cerca del geriatrico que de las armas pretende reorganizarse como si no hubiera pasado nada en los últimos cincuenta años y ellos no tuvieran que dar ninguna explicación a la sociedad. Como siempre, impunes de sus tropelías de las que jamas hicieron minimamente un mea culpa, dicen reorganizarse al margen del kirchnerismo, pero sucede que tampoco tuvieron cabida dentro del mismo, pues pretendían traerlo a su jefe Firmenich, lo que hubiera ocasionado una nueva chamuscada para los K. Estos, seguramente habrán evaluado, encuestas en mano,el rédito que les podía dar esta nueva adquisición "nacional y popular". Como el impacto negativo fue mayor que el positivo le hecharon "Flit". Ahora estos ancianos (no venerables), quieren importar al "economista" Pepe por afuera del peronismo gobernante. Indudablemente la inteligencia de esta gente es limitada, pero su pelotudez no tiene limites. Muchachos: la cosa no va a andar...

Los Montoneros se reorganizan, lejos del kirchnerismo, con perfil revolucionario

Por Gabriel Conte

Los miembros de la vieja guardia de la agrupación Montoneros se reunirá este sábado en la sede de ATE de la provincia de Córdoba. Allí recordarán varios episodios que consideran “históricos” y en los que encuentran motivación para motorizarse nuevamente. Pero luego de los actos públicos, tendrán un retiro espiritual en donde se desarrollará el objetivo más sustancial.
Allí, los integrantes de los dos grupos ya organizados y que están en funcionamiento orgánico en el país, los de Córdoba y Mendoza, impulsarán la reorganización de Montoneros a escala nacional.

En la ciudad de Córdoba confluirán dirigentes que desde hace 40 años militan en la agrupación. Está confirmada la asistencia de Roberto Perdía, Jorge Falcone (hermano de Claudia, sobreviviente de La Noche de los Lápices) y Guillermo Martínez Agüero, entre otros.

“Nosotros no somos el montonerismo kirchnerista y queremos reivindicar los principios originales de socialismo, peronismo y lucha armada”, señaló Guillermo “Polo” Martínez Agüero esta mañana bien temprano, no bien arribaba a la ciudad mediterránea, en diálogo con MDZ.

-¿Lucha armada también?

-No ahora, que estamos en un proceso democrático. Pero nosotros no hemos enterrado las armas. Creemos que es una opción para cuando las condiciones así lo hagan necesario, como ya ocurrió con las FARC o con el Subcomandante Marcos, por ejemplo.

Martínez Agüero es cuñado de Mario Eduardo Firmenich y, según algunos indican, su representante político en el MPM, el Movimiento Peronista Montoneros. Es un conocido médico cordobés afincado en Mendoza que trabaja en el sistema estatal de salud, desde donde también ejerce el gremialismo como delegado de ATE.

Sostuvo que Firmenich “no puede volver al país” porque es acosado “por causas”, pero que representa, “indudablemente nuestro referente histórico, es un símbolo nuestro muy cercano”. Su reagrupación, consignó, "se hará bajo los lineamientos del libro Eutopía", cuyo autor es Firmenich y que fue publicado en 2004.

El encuentro de la deskirchnerización
La reagrupación se iniciará con un acto para conmemorar el Día del Montonero, fechado el 7 de setiembre.

-¿Qué conmemoran?- le preguntamos a Martínez Agüero.

-Una serie de cosas importantes que creemos que son el núcleo fundador de Montoneros: el secuestro y ejecución de Aramburu, la toma de La Calera, que fue el primer operativo exitoso en el país y la muerte –en ese mismo hecho- del compañero comandante Emilio Maza. Y también el asesinato de Fernando Abal Medina, uno de los fundadores del movimiento.

Martínez Agüero desconoce si el Gobierno conmemoró la fecha “o si alguien lo hizo; lo que si decimos es que queremos una clara diferenciación del ´montonerismo kirchnerista´ con el que no tenemos nada que ver. Y aunque reconocemos algunas cosas favorables, creemos que tenemos que avanzar hacia un verdadero proyecto nacional y popular que, además, sea revolucionario”.

Además, sostuvo que así como en el origen hubo una “amplia coincidencia con Cuba”, ahora la tienen con “la Venezuela de Chávez y la Bolivia de Evo”.

No asistirán al encuentro cordobés, en principio, funcionarios del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
http://chamundoprueba.blogspot.com/2010/09/los-montoneros-se-reorganizan-alejados.html
Foto: Las fotos del abuelo Martinez Aguero...

10 de septiembre de 2010