Por medio del decreto 1880/2011, firmado por la Presidente, el jefe de
Gabinete y el ministro de Educación, el Gobierno creó el Instituto
Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel
Dorrego, que se propone reescribir la historia argentina a través de algunos de los grandes personajes del pasado. Se deduce que el Estado argentino se ha propuesto reemplazar la ciencia histórica por la ideología, la epopeya y el mito.
Tanto
en las universidades argentinas como en el Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) trabajan numerosos
historiadores profesionales que realizan sus investigaciones de acuerdo
a los estándares de excelencia establecidos internacionalmente. Según
el nuevo decreto, pareciera que todos ellos viven en el engaño. Todo lo
que han hecho es historia "oficial".
El afán totalitario de controlar nuestras mentes
En su antiutopía "1984" George Orwell (pseudónimo de Eric Blair) nos presenta una sociedad en la que un
Estado totalitario (Oceanía) controla de tal forma la vida de los
ciudadanos que se inmiscuye hasta en los ínfimos detalles de su vida
cotidiana. El Big Brother y el partido único (INGSOC: socialismo inglés) han creado un sistema represivo de tal magnitud que nada escapa a su control.
La novela está inspirada en la dirección que tomó la revolución rusa
de 1917 a partir de la llegada al poder de los bolcheviques y del giro
autoritario que estos le imprimieron a la recién nacida URSS.
El protagonista Winston Smith, trabaja en el Ministerio de la Verdad, alterando a diario la prensa escrita, una y otra vez.
Eliminando o modificando datos cuando estos eran incómodos para el
Partido y para su versión de la realidad. Tanto Smith como el resto de
los funcionarios del Ministerio se encargaban de “repensar”, “rescribir”, “reinterpretar” la historia para sostener al régimen dictatorial.
“El que controla el pasado controla también el futuro. El que controla el presente, controla el pasado”.
Este era el slogan del partido, y lo ha sido siempre de todos los
totalitarismos a lo largo de la historia. Estos tienen bien en claro
que cualquier esbozo de disidencia, cualquier atisbo de pensamiento independiente representa un peligro para sus deseos de perpetuarse en el poder.
Para disciplinar las conciencias recurren a todo tipo de argucias,
especialmente la de distorsionar los hechos pasados para confundir en
unos casos, seducir en otros, intimidar en mucho, a aquellos que como
los simples ciudadanos de Oceanìa en la novela de Orwell no tienen otra de fuente de conocimiento mas que la información puesta a su disposición por el Ministerio de la Verdad, Ministerio de Propaganda, TV pública, o como quiera llamarlo el tiranuelo de turno.
El Instituto Nacional de Revisionismo Histórico y sus integrantes
¿Por qué recordamos la obra de George Orwell escrita hace ya más de seis décadas?
Porque hace unos días nos enteramos de que por decreto del Poder
Ejecutivo Nacional se ha fundado Instituto Nacional de Revisionismo
Histórico Argentino e Iberoamericano "Manuel Dorrego". ¿Y qué es esto sino un nuevo y renovado intento de control social, de seguro falseamiento de la historia?.
El novel instituto se encargará de moldear las cabezas de las próximas generaciones
sembrando en ellas el germen de la mentira, la violencia, los falsos
modelos. Aquellos que alguna vez atentaron contra el orden
institucional, asesinando, secuestrando, queriendo implantar en nuestro
suelo la “patria socialista” (en la neolengua de 1984 sería el
"Argsoc") a partir de hoy no solo serán jóvenes idealistas sino modelos
dignos de ser imitados, presentados como tales por los popes del
neo-revisionismo.
El instituto será dirigido por el psiquiatra Mario "Pacho" O'Donnell,
un ex liberal, ex funcionario radical, ex embajador durante la
presidencia de Carlos Menem, ex duhaldista, y hoy por hoy incondicional
cristinista. Mañana veremos. El resto del equipo son “historiadores” aficionados. Entre los integrantes está Felipe Pigna, un obsesivo buscador de defectos
de nuestros próceres. Narradores de mitos y epopeyas, pero no
historiadores. Se proponen "profundizar el conocimiento de la vida y
obra de los mayores exponentes del ideario nacional, popular,
federalista e iberoamericano", tal como lo señalan los fundamentos del
decreto presidencial. Se mencionan personajes a reestudiar, como San
Martín, Güemes, Artigas, Chacho Peñaloza y Facundo Quiroga, entre
muchos otros.
También
se suman al directorio personalidades del entorno kirchnerista como el
jefe de gabinete Aníbal Fernández, el actual secretario de cultura
Jorge Coscia, y el tristemente célebre Eduardo Anguita, secuestrador y asesino del Coronel Argentino del Valle Larrabure (secuestrado
el 11 de agosto de 1974 y asesinado el 23 de agosto de 1975), ahora
presentado como una especie de “periodista”. Un total de 33
"eminencias" para re-educarnos en "la historia que no nos contaron",
como reza el sitio de internet de O’Donnell.
En nuestra Patria se viene gestando desde hace tiempo un sistema opresivo
tristemente similar al descrito en la novela del socialista inglés
desencantado. Secretarios imponiéndose a empresarios en las mesas de
negociación pistola en mano, piquetes cortando la libre circulación,
“escraches” a opositores, persecución a los que pretenden ser voces
independientes.
Solo resta, y esto depende de nuestra acción comprometida, que el futuro no sea como el que avizorara Orwell y que en una simple frase describe con todo su horror: “Si quieres hacerte una idea de cómo será el futuro, figúrate una bota aplastando un rostro humano... para siempre”.
Fuente : http://www.argentinosalerta.or
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